Tu casa, tu empresa
Alguien, en una ocasión, me dijo que gestionar una casa es como gestionar una empresa.
No le faltaba razón.
La persona o personas encargadas de dirigir un negocio tienen como objetivo establecer y ejecutar o hacer ejecutar las acciones necesarias para el buen funcionamiento de la compañía.
Del trabajo bien hecho vendrán el crecimiento y los beneficios.
Algo que no dista mucho de lo que puede suceder en nuestra propia casa si asumimos el papel de altos ejecutivos que se valen de la planificación, la organización, la disciplina y el orden para lograr sus propósitos.
El fin que pretendemos alcanzar es el bienestar, del que podrán disfrutar todos los convivientes.
Bienestar que, a su vez, contribuirá a que todos seamos capaces de afrontar otras facetas de nuestra vida, como la social, familiar, académica o laboral de una manera más distendida.
Para empezar, delimitaremos las áreas de nuestro particular negocio:
– Limpieza.
– Ropa.
– Alimentación.
Cada una de estas divisiones tiene un objetivo y para lograrlo tiene una serie de competencias.
La función del área de limpieza es el aseo e higiene de las diferentes estancias que forman el hogar.
– Limpieza básica diaria: baño, cocina, hacer la cama, repasar el polvo y aspirar.
– Limpieza general: cada cierto tiempo, en función del uso y la disponibilidad de horarios, se hará una limpieza a fondo de cada habitación.
– Limpieza de cristales y persianas. Previa consulta del parte meteorológico.
El área de ropa será la encargada de velar por la limpieza tanto de la ropa de casa como de las prendas de vestir.
Con una frecuencia de, al menos, una vez en semana se procederá al cambio de sabanas y toallas de todos los usuarios.
Precederá al lavado, tanto de la ropa de casa como de las prendas de vestir, un proceso de clasificación por colores (ropa blanca, ropa de color) y por tipo de tejido (punto, seda, algodón, fibra…)
Se debe procurar que no discurra mucho tiempo entre la fase de lavado y la de secado, ya sea esta al aire libre o en secadora.
La última responsabilidad de este departamento es que la ropa planchada y doblada vuelva a su correspondiente armario, balda o cajón.
También se encargará de hacer los correspondientes cambios de armario inherentes al cambio de estación.
El negociado alimentación tiene como cometido la planificación de los menús semanales, desenvolverse entre fogones, el correcto estado y mantenimiento de la despensa, la lista de la compra y la adquisición de los productos de forma presencial en las tiendas o supermercados del barrio, en las grandes superficies o vía telemática.
Ya tenemos el organigrama, queda la asignación de tareas.
En el caso de la sociedad unipersonal, es decir, los que viven solos, queda claro que la responsabilidad es unicamente de ellos.
Cuando haya más de un miembro, el reparto se realizará conforme a las negociaciones entre las diferentes partes.
Organigrama, planificación, objetivos, acuerdos, suena como si nuestro hogar fuera una empresa. Ojalá que la cuenta de resultados sea siempre positiva.