Tiempo de regalos

Existen diferentes teorías sobre el origen de los regalos navideños y todas ellas se remontan a tiempos muy lejanos. Una de ellas sitúa el origen de esta tradición en la Antigua Roma, ya que en estas fechas, con motivo del solsticio de invierno, se hacían fiestas en honor a los dioses y era costumbre adornar las casas con plantas y velas, celebrar banquetes e intercambiar regalos. Pero, tal vez, esta teoría no es con la que más familiarizados estamos. Tenemos, por un lado a San Nicolás, también conocido por Santa Claus  o Papá Noel, que se encarga de repartir regalos la noche del 24 al 25 de diciembre. Y a los Reyes Magos de Oriente (de los que me declaro fan incondicional, aunque no me traigan nada) que reparten sus regalos la noche del 5 al 6 de Enero. 

San Nicolás vivió entre los siglos III y IV. Sus padres murieron siendo él un niño, dejándole una gran fortuna que él repartió entre los más necesitados.

Los Reyes Magos eran tres sabios de Oriente, probablemente expertos en astrología, que acudieron a entregarle al niño Jesús, por su nacimiento, oro, incienso y mirra.

Con independencia de cuál sea el verdadero origen de esta tradición, lo cierto es que estamos en tiempo de regalos. Otro quebradero de cabeza. ¿Qué regalar?

Perfumes, calcetines, pañuelos, prendas de vestir, teléfonos móviles…

La lista sería interminable, pero yo creo que, en muchos casos, uno tiende a salir del trance como puede sin reflexionar si, verdaderamente, eso que ha comprado tiene alguna utilidad para su destinatario. Para evitar que nuestras casas se llenen de objetos innecesarios yo sugiero otro tipo de regalos que no ocupan espacio o que se consumen, como comestibles, unas entradas para un concierto, un abono para el gimnasio, para masajes o (dejadme que barra para casa) una sesión con un organizador profesional. 

Y lo peor de un regalo no es que no sirva para nada y pase a la categoría de “trasto”. Mucho peor es que el obsequio suponga para el receptor un compromiso difícil de afrontar. Me refiero a algo de lo que ya he escrito en mi primer post, regalar animales. 

Antes de hacer ese tipo de regalos hay que estar muy seguro de que se trata de algo muy deseado y que se asume con sus pros y sus contras. Si es así, fenomenal, es un regalo inolvidable. 

Quiero desearos a todos los que me leéis o visitáis mi página una feliz Navidad y que si, por vuestra casa, pasa el día 24 Papá Noel que os traiga algo que, realmente, os haga felices.

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