Nueva temporada en el armario

El escurridizo tiempo se nos escapa de las manos y sigue su imparable avance.

Me parece que fue hace nada cuando os hablaba de vaciar el armario de ropa invernal para llenarlo de prendas veraniegas y, sin embargo, ya nos toca hablar de la operación inversa.

La climatología juega un papel fundamental en esto que llamamos cambio de armario.

El pasado lunes se pudieron ver las primeras nieves en los Pirineos, en cambio, por el sur el sol sigue siendo el protagonista, de una forma mucho más amable, de lo que lo ha sido en los meses de julio y agosto.

Es obvio que en algunas zonas de nuestra geografía urge un cambio de armario drástico, y en otras el entretiempo podrá dar juego hasta que el termómetro de un bajón.

Antes o después el guardarropa se tendrá que vestir con la nueva temporada y por ello vamos a recordar como llevar a cabo este proceso.

El cambio de armario es una oportunidad de oro para sanear el continente, es decir el propio armario y los muebles auxiliares como cómodas o chifoniers  y el contenido.

Es un buen momento para organizarlo y ordenarlo, de manera, que la tarea de vestirnos sea mucho más fácil, más placentera y le saquemos más partido a nuestra ropa.

Para que el espacio, en este caso el armario o vestidor, funcione, debemos idear un sistema de organización que reúna estos tres objetivos: accesibilidad, visibilidad y optimización del espacio.

El cambio de temporada puede ser el punto de partida para conseguirlos.

Reservar un día para llevarlo a cabo o un fin de semana, dedicándonos en exclusiva a ello, de forma relajada, con buena disposición será la fórmula para que el resultado sea satisfactorio.

La primera fase es el vaciado pero no de cualquier manera. Según vamos sacando prendas las iremos categorizando, es decir, pantalones con pantalones, vestidos con vestidos. Incluso, se pueden concretar más esas categorías: vestidos cortos, vestidos largos, pantalones cortos, pantalones largos o pantalones blancos, pantalones negros….

Categorizar las prendas nos va a servir para tomar conciencia de cuántas tenemos de cada clase, analizar en qué estado está cada una  y qué uso le estamos dando.

Las respuestas a esas preguntas son la clave para determinar si algo se queda o se va. Estamos saneando el contenido. 

hora que el armario y los muebles auxiliares están vacíos es el momento perfecto para aspirar rincones y pasar una bayeta húmeda por las baldas y los cajones.

Ya estamos en disposición de traernos la ropa de la nueva temporada y poder colocarla siguiendo los criterios antes citados.

De forma más accesible lo que se usa con más frecuencia.

De forma que podamos visibilizar bien el contenido.

De forma que aprovechemos bien el espacio.

Las prendas de la temporada primavera-verano hibernarán limpias en un armario de otra habitación, en el canapé, en el trastero o en un altillo hasta que sin darnos cuenta el escurridizo paso del tiempo nos devuelva las horas de luz y el calor del sol.

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