Nos vamos de vacaciones
Para muchos ha llegado o se acerca el momento de irse de vacaciones. La organización y el orden también nos deben acompañar en esta situación. No es que sea la fórmula mágica que garantiza que todo salga bien, pero estoy segura de que ayuda en gran medida.
Cada persona, cada familia, cada pareja o grupo es un mundo a la hora de elegir destino y cómo llegar a él.
La manera de organizarnos para disfrutar de nuestras vacaciones dependerá de dónde vamos y cómo vamos.
Mi consejo con respecto a las maletas, ya lo sabéis. Vamos a recordar algunas pautas para que sean lo más prácticas y ligeras posible.
Elegid las prendas adecuadas al tipo de viaje que vayáis a hacer, playa, montaña, turismo de ciudad o aventuras en parajes exóticos.
Buscad en vuestro armario la ropa más versátil que os pueda dar juego en distintas situaciones.
Si la escapada no dura muchos días, rellenad envases más pequeños con vuestros básicos de aseo.
Un pequeño botiquín con algún analgésico, antihistamínico, antidiarreico, la famosa Biodramina para los mareos y las imprescindibles tiritas. Si viajáis con niños la lista sería un poco más amplia. También incluiríamos las pastillas necesarias, según los días que vayamos a estar fuera, de esos tratamientos farmacológicos que, en muchos casos, nos acompañan de por vida.
Algo que nos haría entrar en pánico sería olvidarnos de los cargadores de nuestros dispositivos digitales, en los cuales, es probable que estén documentos necesarios para nuestro viaje: pasajes, certificados de vacunación…
Para los largos desplazamientos, por carretera, con nuestro automóvil es conveniente revisar el estado de los neumáticos, niveles de líquidos y la documentación del vehículo.
A lo mejor, habría que añadir a nuestro botiquín de viaje algún tranquilizante para tomar antes de pagar en la gasolinera.
Bromas aparte, lo más importante y lo que no se nos puede olvidar, en ningún momento, es que son días para disfrutar, para recargarnos física y emocionalmente.
Realizar actividades que rompen con nuestras rutinas de diario. Aprovechar momentos de calma frente al mar o frente a un paisaje de montaña que nos recuerdan los pequeños que somos. Reflexionar y hacer un balance honesto sobre cómo nos ha ido la temporada pasada y en qué podemos mejorar, para así poder encarar con más fuerza y mejor ánimo todo lo que nos espera a la vuelta de esas maravillosas vacaciones.