Noche de San Juan

La primavera ya es agua pasada, damos la bienvenida al verano. El pasado día 21 entró la nueva estación, lo cual supone lo que podríamos considerar un punto de inflexión, el solsticio de verano. El sol que, desde el 21 de diciembre, día a día, minuto a minuto le había ido ganando terreno a la oscuridad de la noche comienza a desandar lo andado para ir también, día a día, minuto a minuto cediendo parte de lo conquistado. Un pacto no escrito que se cumple de forma inexorable.

Si tuviera una varita mágica o me encontrara con el genio de la lámpara le pediría que rompiera el acuerdo, a favor del sol, para que reinara el mayor número de horas posibles durante todo el año. ¡Qué le voy a hacer! Soy ave diurna.

De todas formas hasta que la oscuridad se imponga nos quedan muchos días para disfrutar de largas tardes y veladas mucho más alegres que las del invierno.

Ya tenemos la primera noche de celebración, la noche de San Juan.

El rito de las hogueras tenía por objeto darle más fuerza al sol en el momento en el que empezaban a acortar los días, según la cultura pagana.

La tradición cristiana recuerda esta fecha en la que Zacarías, padre de San Juan Bautista, encendió una hoguera para anunciar el nacimiento de su hijo.

Muy diferentes rituales, vinculados la mayoría con el fuego y el agua. Un objetivo común en todos ellos, atraer lo bueno y espantar lo malo.

Quemar un papel en el que hemos escrito nuestros deseos o, por el contrario, nuestros miedos.

Otra opción, en lugar de quemarlo, es lanzarlo al mar.

Encender una hoguera y saltar siete veces sobre ella para tener buena suerte durante todo el año.

Saltar las olas de espaldas, nueve veces, para la fertilidad.

Lavarse, esa noche, la cara con agua del mar para que la salud y la belleza nos acompañen.

Tengo que confesar que todo esto me parece muy divertido pero tengo mis dudas sobre su efectividad.

En cualquier caso, he querido dejar para el final este ritual que, dados los malos tiempos que corren en lo que se refiere al bolsillo, lo mismo, hasta los que somos menos crédulos, lo tenemos que poner en práctica.

Para atraer el dinero: a las 12 de la noche del día de San Juan, introducir en una bolsa de tela unos céntimos, un billete, un imán y un cascabel. Coser la bolsa con hilo y guardarla en algún lugar.

Si la guardáis en el bolso dicen que es mucho más efectivo. Ahí os lo dejo, por si acaso.

Feliz noche de San Juan.

Publicaciones Similares