En otro orden de cosas
Polisemia: fenómeno del lenguaje por el cual una palabra tiene varios significados.
El término “orden” es polisémico. En mi caso lo utilizo constantemente para que unido al vocablo “organización” disfrutemos de un espacio donde todo esté colocado conforme a unos criterios que nos harán el día a día más sencillo.
Hoy, rompo las reglas, aprovechando la expresión “en otro orden de cosas”, voy a cambiar de tema.
¡Cómo está el mundo!
No puedo evitar utilizar, cada día, la manida frase, al oír o leer en prensa todo lo que conforma eso que llamamos “actualidad”.
Qué difícil encontrar una buena noticia. No salimos de una cuando estamos metidos en otra.
No me caracterizo por ser pesimista, pero reconozco que la “actualidad” me tiene preocupada.
Para compensar, soy de las que pienso que de todo o casi todo se sale. El mundo sigue, los tiempos cambian pero, en el fondo, nuestras cuitas no son muy diferentes a las de nuestros antepasados.
Dicho lo dicho, permitidme que hoy escriba en el libro de reclamaciones del universo.
Sí, del universo, porque para mi primera queja el mundo se me queda pequeño.
¿Qué le pasa al Sol? ¿Acaso está haciendo huelga a la japonesa?
El otro día leí que nos tenemos que ir acostumbrando a veranos de 50º. No lo quiero ni pensar.
Las lluvias ni están ni se las esperan. Las predicciones hablan de un otoño cálido y con pocas precipitaciones.
Vuelvo a la expresión “en otro orden de cosas” porque ahora nos vamos a hacer la compra o a darle al interruptor de la luz.
¿A dónde vamos a llegar? Todos los días, muchos pensamos lo mismo. Al igual que, en otros tiempos y en otras circunstancias, lo pensaban nuestros padres o nuestros abuelos.
Ahora que al virus lo teníamos medio domesticado, la siguiente amenaza se llama “viruela del mono”.
A lo siguiente no sé si calificarlo como una epidemia o una plaga. Sin duda, es muy dañino: los retos virales.
Ahora mismo, se libra una batalla legal por la desconexión de un niño en estado de muerte cerebral por un reto viral.
Algo estamos haciendo mal.
Aunque podría seguir escribiendo quejas en ese imaginario libro de reclamaciones, quiero terminar en positivo.
Seguramente, lo mejor está por venir.