En el foco: septiembre
La prensa económica o las entidades financieras utilizan con mucha frecuencia la expresión “en el foco” para llamar la atención de los lectores o de los posibles inversores sobre la idoneidad de colocar su capital, en ese momento, en una determinada compañía.
Hablar de invertir nos lleva de forma implícita a pensar a futuro. Generalmente los réditos de la operación financiera, si los hay, se recogen pasado un tiempo y su finalidad es, en la mayoría de los casos, asegurar lo que está por venir.
Hoy en el foco tenemos el mes de septiembre. Nos quedan pocos días para que empiece, por tanto, no podemos retrasar mucho la decisión de invertir en él.
Cual agente financiero estoy dispuesta a venderos las bondades de este producto que está a punto de salir al mercado, no sin antes aclarar que la moneda o divisa que se necesita para comprar participaciones se llama “planificación” y que su rentabilidad se obtiene en otro tipo de moneda llamada “calidad de vida”.
La duración de la inversión viene a ser de unos nueve meses, hasta el comienzo del periodo vacacional del año que viene.
El producto se caracteriza por su flexibilidad. Se adapta a las circunstancias de cada uno y si durante el periodo en el que está vigente se produce alguna fluctuación en el mercado, es decir, alguna circunstancia que cambie lo parámetros establecidos al inicio, de forma simultánea, la moneda, llamada “planificación”, se adaptará a dichos cambios para que los réditos no se vean afectados.
Para quien esté interesado tiene que saber que está a tiempo de contratarlo.
Para ello, sin demora, en estos días que quedan del mes de agosto deberá aprovechar los ratos de tumbona, de paseo o, incluso, robarle algunos ratitos a la siesta para recopilar todas las actividades que forman parte de su día a día, sin olvidar ninguna, ni las de otras personas o personitas que estén a su cargo.
Echando la vista atrás, analizar qué es lo que no funcionó en el curso pasado y qué es lo que podría mejorar.
Ese análisis va a ser clave para que este año seamos capaces de optimizar nuestro tiempo y llevar una agenda que, en lugar de desbordarnos, se reparta, con realismo, entre las distintas actividades que la conforman.
Las piezas clave, fundamentales, alrededor de las que el resto de actividades van a girar son los horarios laborales y escolares. La primera dificultad para muchas familias es, precisamente, encajar esos dos parámetros.
Una vez resuelto ese primer rompecabezas será el momento de planificar otro tipo de actividades, sin olvidar, en el caso de los niños, que para su desarrollo y formación el tiempo de juego es esencial.
También lo lúdico y placentero es importante en la agenda de los adultos combinado con hábitos saludables.
Creo que merece la pena invertir en este producto. Septiembre es el mes en que, después del descanso vacacional, comienza un nuevo ciclo y no hay mejor manera de hacerlo que sobre una buena planificación.