¿Empezamos por el frigorífico?
El comienzo de año es una fuente de buenos propósitos de todo tipo. Hacer deporte, dejar de fumar, cuidar la alimentación, estudiar idiomas suelen ser los más frecuentes. En esos objetivos buscamos beneficios para nuestra salud, para nuestro aspecto físico o para nuestro intelecto.
No sé si a alguien se le ha pasado por la cabeza, en estos días llenos de buenas intenciones, mejorar aspectos de su casa que, bien pensado, también favorecerían su desarrollo personal.
Una casa contiene un hogar y para que ese hogar sea cálido, acogedor y sus miembros se sientan a gusto en él, el orden y la limpieza juegan un papel muy importante.
En una casa, si queremos, hay mucho que limpiar y que ordenar. Poco a poco, en diferentes post lo podemos ir viendo.
Y hoy voy a empezar por el frigorífico.
Teniendo en cuenta que, estos días de atrás, el pobre ha estado en estado de overbooking, entre comidas y cenas extras, más los restitos que van quedando. Pues, ahora que todo vuelve a la normalidad es buen momento para limpiarlo bien.
Esta limpieza debemos hacerla con cierta frecuencia, ya que en el frigorífico conservamos alimentos y, por tanto, se trata de una cuestión de salubridad.
El mejor momento para llevarla a cabo es cuando hay poquitas cosas, por ejemplo el día anterior a hacer la compra. Como hay poco, nos costará menos trabajo vaciarlo. Es muy importante, antes de nada, desconectarlo. Después sacamos todo lo que hay dentro, tanto en las baldas, en los cajones como en las bandejas de las puertas.
Extraemos las baldas, bandejas y cajones para fregarlos y también fregamos el interior del frigorífico. Secamos y vamos colocando, de nuevo en su sitio.
Con el congelador haremos lo mismo, desconectarlo, vaciarlo, fregar el interior y los cajones y volver a colocar.
Tanto en el proceso de limpieza del frigorífico y, más aún, en el caso del congelador debemos ser rápidos, no entretenernos con otras cosas (llamadas de teléfono, Whatsapp, redes sociales…) para que los alimentos estén, el menor tiempo posible, a temperatura ambiente. En el caso de que necesitemos descongelar las paredes del congelador, un secador de pelo o un recipiente con agua caliente nos ayudará a hacerlo en menos tiempo.
Nada complicado y nos da la seguridad de que nuestros alimentos reposan en un sitio limpio.