El cuarto de baño

El cuarto de baño es una de las estancias que tiene mucho peso a la hora de valorar una casa. 

Al comprar una vivienda un punto a favor, al tomar la decisión, será que el baño o baños, según los que haya, sean amplios, cómodos, con ducha, con bañera, con ambas, con espacio para guardar. Incluso hay quien se plantea cambiarse de casa porque necesita otra que tenga algún cuarto de baño más, ya que si se trata de una familia, por ejemplo, de cuatro miembros y sólo disponen de uno, lo más normal será que todos los días haya una discusión a cuenta del tiempo que ha estado cada uno utilizándolo.

El problema alcanza dimensiones estratosféricas si los hijos están en plena adolescencia, etapa en la cual, por regla  general, tiene que venir una pareja de la Guardia Civil para que se duchen y, sin embargo, se pasan horas metidos en el cuarto de baño echándose colonia o analizando cómo disimular un grano.

Dejando a un lado los conflictos familiares o de pareja que pueda generar su uso, hoy voy a escribir sobre la limpieza, cuidado y mantenimiento de esta pieza de la casa. 

En el cuarto de baño es donde realizamos todas aquellas tareas relacionadas con nuestra higiene y arreglo personal. Y otras que no voy a nombrar, pero todos sabemos a las que me refiero, que hacen necesario un buen trabajo de limpieza y desinfección, para lo cual es importante, y más en los tiempos que corren, que diariamente lo limpiemos con un producto específico para el inodoro. También se deben limpiar, a diario, el resto de elementos como el lavabo, bidé, y la ducha o bañera. Secar con una bayeta adecuada la mampara y el espejo. Si no se hace quedarán las gotas marcadas, de tal manera, que será necesario recurrir a un producto antical para quitarlas. 

Si el lavabo está encastrado en una encimera, seguramente, sobre ella tendremos productos de aseo, perfumes o cosméticos que retiraremos para poder limpiar bien. Si no lo hacemos tendremos un nido de polvo, pelo y humedad.

Es probable que, al leer esto último,  habrá quien piense: “vaya rollo quitar todo lo que tengo en la encimera”. La realidad es que se tarda más en pensarlo que en hacerlo y cuando se crea una rutina cada día somos capaces de hacerlo en menos tiempo.

A diario, también debemos barrer o pasar el aspirador y luego fregar el suelo.

Hay otras tareas que podemos dilatar más en el tiempo, aunque sin descuidarlas, como limpiar los azulejos o el tipo de revestimiento que tengan las paredes del baño y si tenemos un mueble bajolavabo o un armario también se merece una sesión de limpieza y, de paso, como lo vamos a vaciar, revisaremos el contenido para descartar todo aquello que no usamos o que no está en buenas condiciones. Una vez limpio lo ordenaremos con criterio, al fondo lo que menos se usa y delante, de forma más accesible, lo que usamos con más frecuencia.

Con los tips que os he dado vuestro baño estará siempre en perfecto orden de revista.

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