Cambio de vida
Las personas vamos pasando, a lo largo de la vida, por diferentes etapas. Algunos de esos cambios son producto de nuestra propia evolución como seres humanos, desde la niñez hasta la edad adulta. Otros vienen dados por circunstancias que suceden de forma abrupta o pueden ser alteraciones predecibles. En algunos casos suponen una mejora y en otros no es así.
Por aquello que dice que los humanos somos animales de costumbres, a veces, hasta cuando es para bien, nos cuesta asumir nuevas situaciones, incluso, se llega a preferir la anterior aunque fuera peor.
Por forma de ser, quizás esté impreso en nuestro código genético, cada uno tenemos una capacidad de adaptación y una predisposición para desarrollarla en mayor o menor medida cuando es necesaria.
Creo que esa es la clave cuando vemos esas lecciones de vida que nos dan algunas personas que se superan ante situaciones muy adversas.
La contrapartida está en quien se hunde ante el más mínimo revés.
Capacidad de adaptación y resiliencia caminan de la mano.
Sin duda, la organización y el orden, como fuente de bienestar que son, pueden ayudarnos a mantener el control en situaciones de cambio.
Al establecer un sistema de organización en nuestros espacios, ya sea en casa o en la oficina o negocio, vamos a tener en cuenta nuestras circunstancias y necesidades. En función de estas, asignaremos un lugar a cada cosa para que el espacio trabaje para nosotros. Es decir, colocaremos nuestros enseres de forma que nos aseguremos la accesibilidad y visibilidad de todo aquello que más utilizamos.
Si se produce alguna modificación, de la naturaleza que sea, que altere nuestros hábitos, automáticamente, los criterios de orden tienen que cambiar para adaptarse a la nueva situación. Preparo el espacio para que los cambios no supongan una rémora en mi día a día.
Nuestro cerebro trabajará de forma más relajada, lo cual también tendrá una repercusión positiva a nivel emocional.
Hay muchos ejemplos que nos van a permitir visualizar todo esto en el terreno de lo práctico.
Un cambio, en gran medida propiciado por la pandemia y que por otros motivos, como el ahorro energético, abandona su carácter provisional para asentarse, es el teletrabajo.
Se ha hecho necesario organizar un espacio de trabajo, dentro de casa, para desarrollar la actividad laboral, no de forma esporádica sino de manera habitual.
Cuando los peques de la casa, aunque nos lo sigan pareciendo, han dejado de serlo y se convierten en adolescentes, lo que había sido espacio de juego debe dar cabida a los estudios y a sus nuevas aficiones.
La jubilación, un salto en el vacío, que a pesar de suponer una liberación, hay quien se encuentra durante un tiempo desubicado.
Sea así o no, es muy posible que una parte del vestuario de esa persona, sobre todo en el caso de los hombres, trajes, corbatas, zapatos de vestir tengan que cambiar a un lugar más recóndito del armario y dejarle el sitio a la ropa más casual o deportiva.
Las circunstancias de cada uno y en la medida en la que estas cambien son las que deben determinar la manera de organizarnos.
Nuestra capacidad de adaptación ganara enteros con ello.