Al aire libre

Disfrutar del aire libre es algo que, en general, a todos gusta. Estamos en la época del año que, precisamente, invita a ello. Buen tiempo, muchas horas de luz,  predisponen el ánimo a hacer vida al exterior. 

Siempre ha sido así pero, no cabe duda, de que lo vivido nos ha hecho apreciar, aún más, todas esas sensaciones que experimentamos en los espacios abiertos donde flirteamos con el aire, el sol o la luna. Con un valor añadido, nos da más seguridad a la hora de compartir ese espacio con otras personas, algo en lo que antes no reparábamos y ahora lo tenemos muy en cuenta.

En nuestras casas, sé que no en todas, pero sí en muchas de ellas hay una zona, pequeña, mediana o espléndida de tamaño, al aire libre, que nos da la posibilidad de crear un ambiente para que el aire, el sol o la luna nos acaricien, sin salir de casa.

Para que eso ocurra tenemos que poner de nuestra parte, es decir, vamos a considerar ese espacio exterior de nuestra vivienda otra habitación más. 

En función de su tamaño nos permitirá tener zona de estar, comedor, los dos ambientes o si es chiquitita una silla con un taburete al lado,  hará las veces de mesa donde apoyar una cerveza, un vino o un refresco y desconectar del ajetreo diario.

Es el momento de ponernos manos a la obra para que el porche, terraza o balcón estén preparados para su disfrute.

Antes de sacar el mobiliario, vamos a preparar el suelo. Es posible que, debido a las lluvias del invierno, si el pavimento es poroso, como es el caso del barro cocido, se haya formado verdín. 

Para eliminarlo utilizaremos agua a presión o algún producto específico.

Del suelo nos vamos al techo a revisar y limpiar las lámparas, faroles o apliques de luz, que crearán el ambiente perfecto para las noches de verano.

También haremos la puesta punto de barrotes o barandillas, si las hubiera, quitamos el polvo, barrote a barrote y si es necesario les daremos un repaso de pintura.

Sofás, sillones, butacas, hamacas, mesas, taburetes necesitan una buena limpieza para que inviten a su uso.

Si son de resina, fibra sintética, fibra natural o aluminio podremos utilizar agua y jabón para lavarlos, sin empapar en exceso y después los secaremos bien.

En el caso de los muebles de madera quitaremos el polvo en seco y después aplicaremos un aceite apropiado para devolverles su color y protegerlos. 

La lavadora tendrá que hacer algunas horas extras porque todas las fundas de cojines, almohadones y colchonetas tendrán que pasar por la sala de máquinas.

Solo nos queda darle unos toques decorativos. No pueden faltar plantas, velas, guirnaldas de luces o unos cuadros alegres y ya la tenemos lista para pasar buenos momentos solos o en compañía.

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